El perverso mensaje subliminal es: ¡nosotros somos los culpables! Una repugnante maniobra de culpabilización emocional de las opiniones de los europeos ha sido emprendida desde hace dos años, ha escalado en grande como resultado de fotografías, reportajes de ahogados en el Mediterráneo o de "refugiados" encontrados muertos en camiones o en otros lugares.
Todo eso multiplicado por las redes sociales de Internet. Este chantaje moral tiene por efecto disuadir a los europeos de defenderse contra la invasión; se trata de una verdadera manipulación mental, un suave lavado de cerebro.
Los pseudo-intelectuales y los inevitables pseudo-artistas, una población bien protegida, no se quedan fuera de la falsa generosidad. Como siempre, el ambiente inmigracionista y burgués izquierdista juega la carta del humanitarismo lacrimógeno por motivos mediáticos y comerciales.
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