sábado, 17 de octubre de 2015

La misión es denigrar nuestra civilización.

Durante siglos el hombre se interesó por conocer, estudiar y aprender acerca de otras sociedades.   

Hoy el igualitarismo cultural no se basa en el profundo conocimiento científico, sino en un dogma de fe al que nos hemos rendido, y en los centros de enseñanza donde a nuestros hijos son adoctrinados en ese dogma, la desafección de nuestros hijos hacia su propia civilización es un paso previo y decisivo para su extinción.

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Muchos no son conscientes de que estamos inmersos en una guerra cultural, al menos uno de los bandos en esta contienda siempre fue muy claro al respecto, recordemos las palabras del judeomarxista Georg Lukács uno de los creadores del marxismo cultural:

El marxismo solo triunfará si se derrumban los valores de la civilización occidental.
Esto es sólo es una pieza fundamental dentro de las corrientes que intentan destruirnos impulsando la aceptación del multiculturalismo, la misión es denigrar nuestra civilización.


Desde luego la antropología, que es el estudio del ser humano y de las sociedades en las que habita no siempre estuvo contaminada por el igualitarismo del marxismo cultural, hizo falta que apareciesen los judeomarxistas,  o acaso ahora va resultar que los sabios de la antiguedad también eran unos "nazis" racistas?

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Algunas de las ratas que defienden el  igualitarismo.

Herodoto en sus Historias nos cuenta las diferencias entre los distintos habitantes del mundo, y nos habla de sus diferencias. 

Hipócrates lanzó la teoría de que el medio influye en los caracteres físicos del hombre, y llamaba la atención sobre las diferencias de quienes habitan climas distintos. 

El mismo Aristóteles estudiaban al hombre por ser el animal más complejo, pero su interés por conocer y estudiar otros grupos humanos por parte de los grandes pensadores griegos nunca les hizo dudar de la superioridad de su civilización helénica frente a la de los pueblos bárbaros.


Se nos dice hasta el aburrimiento que hasta los europeos presos de su etnocentrismo despreciaban a las demás civilizaciones, pero nadie como los occidentales demostró más interés por explorar el planeta, en catalogar y conocer todas las especies animales y vegetales y desde luego nadie como nuestras sociedades científicas, demostró más interés por todas las sociedades humanas existentes,
demostraron un ansia de conocimiento incomparablemente superior al de cualquier otra civilización y ésta es una de esas cosas que deberían enorgullecernos.

El marxismo cultural nunca se muestra comprensivo con aquellos que no comulgan con sus principios, con ellos despliegan una estrategia bien distinta, lo que ellos denominan la intolerancia con el intolerante.


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