Podemos estar seguros de que cualquiera que se auto-elige como alguien perteneciente al Pueblo Elegido de Dios es innegablemente un estafador criminal.
Todas las religiones del mundo intentan enseñar paz y armonía, excepto una, la religión de los judíos, que enseña el odio y el prejuicio. La religión judía entera es un delito de odio mundial, el peor, el crimen de odio más ubicuo en el mundo.
Nosotros los estadounidenses controlados por Israel convertimos probablemente el país más estable y compasivo del mundo en una ruina ardiente al difamar a un noble líder extranjero que proporcionó educación universitaria y vivienda gratis a sus ciudadanos. Muammar al-Qaddafi fue probablemente el líder más humano en el mundo entero, pero Barack Obama lo hizo violar y asesinar en las calles de su propia ciudad natal, y Hilaria Clinton más tarde, como es sabido, se rió al respecto.
Hemos olvidado sobre todo cómo Estados Unidos falsificó una masacre en Kosovo en 1999, lo cual condujo a que bombardease Servia ese mismo año.
El punto era crear un Estado independiente en Kosovo para que sirviera como un centro de transbordo para el desembolso de heroína a través de toda Europa y el mundo occidental.
Pero en realidad ya no hay países, sólo amorfas subdivisiones étnicas con fronteras constantemente cambiantes en la rejilla mundial. Los Estados proscritos como Siria, Libia, Yemen e Irán serán aplastados bajo la avaricia inextinguible del poder de los banqueros.
Israel existe para explotar a otros. Su práctica consiste en vampirizar países desde el interior y desangrarlos sistemáticamente hasta dejarlos secos.
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