El problema es encontrar la verdad debajo de la exageración, recortar el exceso de elaboración o distorsión, e incluír aquella verdad donde corresponda.
Ernest Becker..
Becker, un antropólogo cultural judío, describió correctamente el peligro de la exageración. Él también inadvertidamente describió la situación de la supuesta persecución judía por los alemanes, que fue provocada por una declaración judía de guerra contra los alemanes nueve años antes de que la Segunda Guerra Mundial comenzara.
El falso grito de ¡SEIS MILLONES DE MUERTOS! se repite a través del tiempo como una pesadilla de la mente de un loco. Usted sin duda ha visto la historia que detalla el uso de esa frase transportada desde finales del siglo XIX, seis millones de judíos en peligro de morir de hambre por causa de un mal gobierno u otro, ¡para siempre 6 millones! Los periódicos judíos siguieron publicando esas historias directamente hasta que ellos pudieron atribuír todo eso a Hitler en una triunfante estrategia de relaciones públicas.
El número de víctimas dado en 1980 por la Cruz Roja de campos alemanes investigados llegó a alrededor de 270.000. ¿Cuánto de una exageración judía es 6 millones?
Y los 12 millones de alemanes que fueron asesinados por los "Aliados" después de que la guerra terminó, ¿dónde calzan en vuestros cálculos?
Además, el libelo de sangre contra los judíos, de que querían sorber la sangre de niños gentiles, fue falsamente atribuído a los alemanes, quienes realmente eran escrupulosos en su conducta hacia los prisioneros. A causa de la excelencia de las relaciones públicas kosher, prácticamente el mundo entero cree las mentiras judías acerca de Hitler, quien de hecho fue el líder del mundo más querido del siglo XX.
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