sábado, 25 de agosto de 2012

el incidente Hess..visto por Hitler



Rudolf Hess en la Torre de Londres - 17/05/1941.
Rudolf Hess ha sido trasladado hoy a la Torre de Londres, donde se ha convertido en el último de una serie de ilustres prisioneros que los británicos han encerrado en la vieja fortaleza de 900 años de antigüedad. Hess ha sido transportado en tren desde Escocia después de su “vuelo de paz” desde Alemania y alojado en una habitación cerca de laTorre Blanca. Hess pasa la mayor parte del tiempo observando a sus guardianes. Permanecerá en el interior de la Torre de Londres hasta que una casa de campo de Hampshire haya sido fortificada y acondicionada para su reclusión.



Rudolf Hess mira a través de los barrotes de su celda. Fotografía obtenida durante su reclusión en Landsberg en 1924.

Hess ha sido sometido a examen por parte de psiquiatras del Ejército Británico quienes han afirmado creer que se encuentra cuerdo, pero lo cierto es que su condición parece deteriorarse por momentos. Afirma que alguien está intentando envenenarle, viste su uniforme de la Luftwaffe e insiste en que debería dársele trato de diplomático.



Receta médica prescrita para proporcionarle a Rudolf Hess pastillas para dormir durante su estancia de cuatro días en la Torre de Londres.

En verdad, el vuelo de Hess a Escocia ha dejado completamente perplejos a británicos y alemanes por igual. Dentro de lo que cabe, el Führer se siente satisfecho porque, al fin y al cabo, su Lugarteniente no haya revelado ningún secreto comprometido y se esté mostrando como un auténtico demente, así como porque los británicos no se hayan regodeado en exceso de la situación.
El Führer explica al pueblo alemán el incidente Rudolf Hess - 12/05/1941.  Después de más de 24 horas sin saber nada de Rudolf Hess, el Führer se siente aliviado; su Lugarteniente ha debido estrellarse con su avión antes de alcanzar su objetivo y poder llevar a cabo sus aviesas intenciones de pactar con el enemigo. En consecuencia, el Führer ha enviado a von Ribbentrop a Roma para apaciguar al Duce y él mismo ha elaborado un comunicado que ha sido retransmitido a lo largo y ancho del Gran Reich Alemán:






De acuerdo con fuentes oficiales del Partido, el camarada del Partido Hess a quien, debido a una enfermedad progresiva que ha padecido durante años, el Führer había prohibido continuar volando, ha conseguido hacerse con un avión a pesar de la mencionada orden.


Alrededor de las 18:00 horas del sábado, 10 de mayo, el camarada de Partido Hess despegó de Augsburgo en un vuelo del que no ha regresado hasta la fecha. La confusión de una carta que ha dejado detrás lamentable hace entrever signos de perturbación mental, por lo que existe el peligro de que el camarada de Partido Hess haya sido víctima de aluciones.


De inmediato, el Führer ha hecho arrestar a los adjuntos del camarada de Partido Hess tras comprobar que tenían conocimiento de estos vuelos y, contrariamente a las órdenes del Führer de las que eran conscientes, no los han impedido o informado acerca de ellos de inmediato.


Dadas las circunstancias, el movimiento Nacionalsocialista lamentablemente se teme que el camarada de Partido Hess se ha estrellado en algún lugar durante su vuelo o ha resultado muerto en un accidente.



Rudolf Hess junto al Führer durante los primeros años del movimiento.

A buen seguro que la redacción de este comunicado no ha debido de resultar un plato de buen gusto para el Führer, que hace tan sólo ocho días tuvo a Rudolf Hess a su lado en el Reichstag y al que encargó un importante discurso en Augsburgo con motivo de la festividad del primero de mayo. Sin embargo, el Führer es enemigo acérrimo de la mentira y, si la verdad pasa por reconocer al pueblo alemán que su Lugarteniente se ha vuelto loco, entonces el Führer no conoce otro camino. En seguida, el Embajador italianoDino Alfieri ha enviado un telegrama al Berghof expresándole su simpatía por “la pérdida de su más querido camarada”.


Los británicos, que han estado aguardando el movimiento alemán, han obtenido la confirmación de la identidad de su invitado y en seguida han anunciado públicamente por radio la llegada de Hess a Escocia. Todo ello para horror del Führer, que confiaba que su Lugarteniente hubiese muerto en el intento de alcanzar suelo británico.


En primer lugar, el Führer ha querido solventar la cuestión de su sucesión asignando la oficina del Lugarteniente del Führer a la propia Cancillería, con Martin Bormannencargado de sus tareas subalternas. A continuación, ha preparado un segundo comunicado que ha sido entregado a la Agencia de Noticias del Partido Nacional Socialista (NSK), con el siguiente contenido:



Rudolf Hess imparte un discurso.

El examen de los papeles que Rudolf Hess ha dejado atrás han revelado que Hess ha vivido bajo la ilusión de que podría obtener un entendimiento entre Alemania e Inglaterra a través de su intervención personal con ingleses conocidos suyos. Tal y como ha confirmado la información procedente de Londres, de hecho ha saltado en paracaídas desde su avión sobre Escocia en las cercanías de la localidad que estaba intentando alcanzar y ha sido encontrado allí, aparentemente herido.


Tal y como se ha sabido dentro del Partido, Rudolf Hess, después de padecer durante años una grave enfermedad, había recurrido recientemente a varios remedios, practicantes de magnetoterapia, astrólogos y demás. En la actualidad se está investigando hasta qué punto estas personas deben ser consideradas responsables de incitar la perturbación mental que ha tenido como consecuencia que Hess dé este paso. También es igualmente posible, sin embargo, que Hess haya sido atraido conscientemente hasta una trampa por el bando británico.




El Führer y su Lugarteniente, hombro con hombro. A nadie le duele más esto que a Adolf Hitler.

La manera en que ha procedido confirma la información dada en el primer comunicado – que Rudolf Hess sufre de alucinaciones. Mejor que nadie, él conoce las numerosas propuestas de paz que ha realizado el corazón honesto del Führer. Aparentemente, se ha engañado a sí mismo creyendo que mediante su sacrificio personal podría impedir lo que, a sus ojos, sólo podría terminar en la completa destrucción del Imperio Británico. Tal y como sus notas dejan entrever, Hess, el alcance de cuyos deberes quedan restringidos al Partido, como es bien sabido, no tenía una clara idea acerca de la implementación o de las consecuencias de este paso.


El Partido Nacional Socialista lamenta que este idealista haya sido víctima de alucinaciones con tales consecuencias. Esto no afecta de ninguna manera a la continuación de la guerra contra Inglaterra que ha sido impuesta sobre el Pueblo Alemán. Como el Führer declaró durante su último discurso, proseguirá hasta que los gobernantes británicos sean derrocados o se avengan a alcanzar la paz.

El Führer se entera de la fuga de Rudolf Hess - 11/05/1941.El Führer todavía se encontraba en la cama cuando el adjunto de Rudolf Hess, Karlheinz Pintsch, ha llegado al Berghof a las 9:30 de la mañana de hoy, 11 de mayo de 1941. El mayordomo Linge ha tocado a su puerta y le ha informado al Führer de que hay una carta de Rudolf Hess para él. El Führer se ha vestido rápidamente. ¿Una carta de Hess? Eso no pueden ser sino malas noticias. Hace tiempo que les ha informado a sus viejos camaradas del Partido que no se dirijan a él de forma escrita, cosa que Hess sabe muy bien. Por lo tanto, algo desagradable debe ocultarse detrás de esa carta.



Rudolf Hess estrecha la mano del Führer, una imagen que no se volverá a repetir.

Cinco minutos más tarde, el Führer ha salido de sus aposentos vestido con su uniforme completo al gran salón de su residencia del Obersalzberg. En seguida ha abierto la carta y la ha leído, perplejo. En ella, Rudolf Hess le ha informado de su fuga en avión a Inglaterra y de su intención de intentar sellar la paz con el Reino Unido y establecer una alianza con ellos contra la Unión Soviética, de acuerdo con los pensamientos del Führer de 1919. Entonces, le ha preguntado a Pintsch: “¿Conoce usted el contenido de esta carta?” Pintsch, un tanto ingenuo, ha respondido que sí, y el Führer acto seguido ha llamado a un detective de la oficina criminal y le ha hecho arrestar.



El Führer y Hess se saludan tras abandonar ambos la prisión de Landsberg en 1924.

Al cabo de pocos minutos, el Berghof ha comenzado a borbotear de vida y actividad, a pesar de ser domingo. A lo largo de todo el día se ha sucedido una conferencia tras otra.Hermann Göring, el General Ernst Udet, Martin Bormann y Joachim von Ribbentrop han sido convocados. Entre bambalinas, alguno le ha oído exclamar al Führer: “¡Espero que se estrelle en el mar!”



El Führer y su Lugarteniente.

Nada desea más el Führer que todo el asunto permanezca en silencio. Si la opinión pública llegara a saber que un Ministro del Reich, el Lugarteniente del Führer y su posible sucesor, ha escapado, nada le salvará al Tercer Reich del escándalo. La posibilidad de que Hess se haya estrellado antes de alcanzar su destino es la única esperanza del Führer, que no puede hacer otra cosa que esperar. Y esta esperanza crece a medida que transcurren las horas y las retransmisiones de Londres no hablan de ningún aterrizaje…Ein Volk, ein Reich, ein Führer!

No hay comentarios:

Publicar un comentario