sábado, 22 de agosto de 2015

Una ideología difícil de explicar


Los marxistas culturales no ven sus ideas como parte de una doctrina, un gilipollas cultural nunca se reconocerá a sí mismo como tal, su extremismo ideológico es particularmente peligroso ya que generalmente las personas no lo perciben y dan por hecho que es parte de un supuesto progresismo.

Así pues, por ejemplo, mientras que un nacionalista racial se opondrá al genocidio blanco en base a su ideología, según la cual todos los pueblos tienen derecho a un lugar bajo el sol, un marxista cultural defenderá el multiculturalismo o el integracionismo lo hará, considerando que el multiculturalismo es algo natural y sano, dicho de otra forma: el marxismo cultural no se basa en ideas, sino en dogmas, que muy a menudo se intentan imponer a los demás.

Karl Marx, creador del marxismo y Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, son los pilares del marxismo cultural.


Este ejemplo que pongo a continuación afirmado por  una sanguijuela  judia, de quien sino podria venir esta teoria absurda es un principio básico de muchas aberraciones sexuales modernas:

El psicoanalista judío Erich Fromm decía que la masculinidad y la feminidad no eran reflejo de diferencias biológicas sino que surgían en los individuos por imposición social.

Generalmente esta clase de estúpidos defienden cosas absurdas, odian a la raza blanca, pero son blancos, ! se debe ser  estúpido ¡ defienden el inmigracionísmo, el mestizaje, el mariconísmo y todas sus variantes como las bolleras y los travélos, incluso algunos degenerados sin complejos defienden la pedofília y la zoofília como una opción sexual, defiende el veganismo contra quienes consumen productos animales,  apoyan el arte degenerado, por supuesto odian la religión católica y el cristianismo aunque a las demás religiones las toleran, también defienden el Hedonismo que no es otra cosa que la búsqueda a toda costa del placer gratuito y vacío, en fin así son esta clase de gilipollas, seguro que todos conocemos a idiotas de esta calaña..

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