Al igual que en las leyes de movimiento newtonianas, se necesita fuerza para poner en marcha las ideas, y una vez que una idea está en movimiento, se necesita aún más fuerza para seguir su impulso.
Para generar suficiente fuerza para superar la inercia de nuestras ideas y lograr que la sociedad comience a adoptarlas en un enfoque múltiple, uno que habla a todos los niveles, clases e intereses de la sociedad.
Una cosa es convencer al intelectual o al académico, otra es convencer al hombre trabajador de que nuestras ideas están en su propio interés. Dirigirse a diferentes grupos requiere diferentes niveles de discurso, diferentes representantes y diferentes técnicas.
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