El librepensador sueco Lars Adelskogh ha señalado: "La ignorancia de la gente es la fuerza de los gobernantes", en otras palabras, cuanto menos conocimientos tenemos, más poder tienen los masones, allí donde los masones hacen sonar sus tambores, los reinos son arruinados y corre la sangre, mediante la difusión de la desesperación, los masones satisfacen sus enfermizas fantasías de fundar una república mundial sin raíces nacionalistas. Los francmasones fanáticos afirman estar construyendo un mundo mejor para todos nosotros. De hecho, han arruinado el mundo tradicional, han construído su mundo encima de cadáveres, de saqueos, robos y mentiras, esto nunca ha funcionado, las mentiras llevan a un callejón sin salida y tarde o temprano serán descubiertas. el mal satánico de los masones es abismal, no hay excusas para los hechos violentos cometidos por estos masones criminales. En todo el mundo, se han publicado más de 80.000 libros sobre la masonería. Sin embargo, se echa de menos un análisis independiente. De alguna manera, nos merecemos tener a estos líderes masónicos gobernándonos, ya que hasta achora se ve que no hemos protestado lo suficiente. A través de nuestros actos irreflexivos, hemos reado las condiciones para la maldad de la masonería. También hemos fingido, ante los ojos de nuestros compañeros humanos, que somos buenos. Ahora los masones están fingiendo ante nosotros. También somos responsables de lo que hemos dejado de hacer, en relación con las actividades criminales de la élite masónica. Salvo que comprendamos la historia de la masonería, seremos incapaces de entender nada importante sobre la historia real de la Humanidad. Cuando entendemos esto, podemos ver que los masones son los enemigos de la Humanidad. Los masones son como un virus que ha entrado en las células debilitadas de la sociedad, apoderándose de él y dominándolo.
Los masones son responsables, moral y legalmente, de muchas malas acciones, y tarde o temprano serán formalmente juzgados. Llegará un día en que estos malvados grupos estarán totalmente prohibidos por ser una amenaza para la Humanidad. Sus símbolos negativos deberían ser destruídos.
Los masones piensan que tienen derecho a estar por encima de la ley, lo que los hace aún más peligrosos. No habrá nunca otro juicio de Núremberg, ya que un hermano masón no puede condenar los abusos de sus compañeros, cometidos en nombre del comunismo y del socialismo. Estas doctrinas antinaturales han apoyado a los inútiles —así como la mayoría de los útiles— idiotas que han vendido su alma a la francmasonería internacional. Estas personas espiritualmente incompetentes han tenido la oportunidad de causar estragos y bloquear el paso para que el talento no pudiera hacer su propio camino. En una sociedad espiritual normal, esto es imposible. La fantasía socialista masónica favorece a los inadaptados, esas almas que sólo sobreviven a costa de los más capaces. La Sociedad Socialista de mendigos y esclavos es un crimen contra natura, ya que es un retroceso en vez de un avance, a la hora de mover la sociedad. Una sociedad socialista, por lo tanto, es el lugar ideal para que los parásitos justifiquen sus atrocidades, ya que necesitan un cuerpo social para su supervivencia.
La élite hace uso de sus "hermanos" inferiores, sólo para descartarlos más adelante. Son como herramientas que saben muy poco del mundo o de la masonería. Además, los socialistas defienden la construcción de un nuevo mundo. Durante la década de 1990, en Suecia se publicó una revista para la juventud que se llamaba Los Constructores del Mundo (The Builders of World). Predicaba las ideas de los masones.
Nos dejamos engañar por consignas que se excluyen mutuamente, como libertad, igualdad y fraternidad, que continúan propagando los esbirros de los masones, los socialistas. Toda esta charla sobre la igualdad de hecho contiene una profunda mentira. Esto se hace evidente en el juramento masónico, que contiene las palabras: "Soy un pobre candidato que está en la oscuridad, que ha sido buena y dignamente recomendado, propuesto regularmente y aprobado en una logia abierta y que ahora viene por su propio libre albedrío y voluntad, debidamente preparado, a pedir humildemente ser admitido en los misterios y privilegios de la masonería".
Pidiendo ser un privilegiado, como hoy en día lo son los masones, demuestran que realmente no están para nada interesados en la igualdad. El filósofo Giordano Bruno mostró ya a finales del siglo XVI que una sociedad basada en la igualdad era imposible.
Nunca podríamos ni quisiéramos exponer sus desvergonzadas mentiras y su conspiración. Muchos no-masones niegan este obvio complot y defienden a estos criminales. Así pues los "idiotas útiles" también son responsables de la situación en la que todos nos encontramos. Estos individuos incompetentes perciben las sombras distorsionadas como el mundo real, como los presos de la cueva de "La República" de Platón.
Cualquiera que ante todos los hechos disponibles se niegue a ver a la francmasonería como una organización conspiradora, demuestra una total indiferencia ante la historia criminal del movimiento y ante el mundo. Cuando nuestros llamados expertos hacen declaraciones erróneas sobre temas importantes, hay dos alternativas: o están mintiendo o simplemente son ignorantes. Ambas alternativas son igualmente aterradoras. Sólo ellos y sus secuaces, los comunistas y los socialistas de diversa índole, han luchado contra el budismo (por ejemplo en la Unión Soviética, Mongolia y el Tíbet). En general, las personas espiritualmente desarrolladas nunca han puesto ninguna objeción en contra de esta filosofía de la bondad. La francmasonería es lo contrario de la espiritualidad.
Paso a paso, los masones han bajado nuestros valores morales. Tienen una apariencia angelical, a pesar de sus esfuerzos para ocultar sus pezuñas.
Los malvados actos de los masones son permitidos por las leyes del karma. Si no hubiéramos merecido los crímenes de estos "nobles" señores, nunca los habríamos sufrido, según los filósofos budistas.
El karma es una ley natural, que regula todos los actos. Esto asegura que las energías liberadas por ciertas acciones, tarde o temprano retornen a sus orígenes. Cuanto mayor es la acción, más tiempo tarda en producirse la respuesta. La única excepción es cuando una persona comienza a reparar sus malas acciones.
Allí donde los masones hacen sonar sus tambores, los reinos son arruinados y corre la sangre. Mediante la difusión de la desesperación, los masones satisfacen sus enfermizas fantasías de fundar una república mundial sin raíces nacionalistas. Cuando los diferentes grupos masónicos luchan entre sí, la Humanidad sufre. Los psicópatas masónicos ya no matan gente en aquellas cantidades como lo hicieron una vez, pero en cambio han intentado convertirnos en zombies útiles, robots biológicos demasiado enfermos como para ocuparnos de cualquier otra cosa que no sean nuestros propios problemas, incapaces de preocuparnos por las cuestiones más amplias de la sociedad. En general, los masones han tenido éxito. La mayoría de la gente todavía no se ha dado cuenta de que la francmasonería es una cosa del pasado. No han entendido que si se actúa sin el apoyo del público, el fracaso es seguro, y donde haya implicado un gran poder, los errores serán desastrosos.
Los masones son responsables, moral y legalmente, de muchas malas acciones, y tarde o temprano serán formalmente juzgados. Llegará un día en que estos malvados grupos estarán totalmente prohibidos por ser una amenaza para la Humanidad. Sus símbolos negativos deberían ser destruídos.
Los masones piensan que tienen derecho a estar por encima de la ley, lo que los hace aún más peligrosos. No habrá nunca otro juicio de Núremberg, ya que un hermano masón no puede condenar los abusos de sus compañeros, cometidos en nombre del comunismo y del socialismo. Estas doctrinas antinaturales han apoyado a los inútiles —así como la mayoría de los útiles— idiotas que han vendido su alma a la francmasonería internacional. Estas personas espiritualmente incompetentes han tenido la oportunidad de causar estragos y bloquear el paso para que el talento no pudiera hacer su propio camino. En una sociedad espiritual normal, esto es imposible. La fantasía socialista masónica favorece a los inadaptados, esas almas que sólo sobreviven a costa de los más capaces. La Sociedad Socialista de mendigos y esclavos es un crimen contra natura, ya que es un retroceso en vez de un avance, a la hora de mover la sociedad. Una sociedad socialista, por lo tanto, es el lugar ideal para que los parásitos justifiquen sus atrocidades, ya que necesitan un cuerpo social para su supervivencia.
La élite hace uso de sus "hermanos" inferiores, sólo para descartarlos más adelante. Son como herramientas que saben muy poco del mundo o de la masonería. Además, los socialistas defienden la construcción de un nuevo mundo. Durante la década de 1990, en Suecia se publicó una revista para la juventud que se llamaba Los Constructores del Mundo (The Builders of World). Predicaba las ideas de los masones.
Nos dejamos engañar por consignas que se excluyen mutuamente, como libertad, igualdad y fraternidad, que continúan propagando los esbirros de los masones, los socialistas. Toda esta charla sobre la igualdad de hecho contiene una profunda mentira. Esto se hace evidente en el juramento masónico, que contiene las palabras: "Soy un pobre candidato que está en la oscuridad, que ha sido buena y dignamente recomendado, propuesto regularmente y aprobado en una logia abierta y que ahora viene por su propio libre albedrío y voluntad, debidamente preparado, a pedir humildemente ser admitido en los misterios y privilegios de la masonería".
Pidiendo ser un privilegiado, como hoy en día lo son los masones, demuestran que realmente no están para nada interesados en la igualdad. El filósofo Giordano Bruno mostró ya a finales del siglo XVI que una sociedad basada en la igualdad era imposible.
Nunca podríamos ni quisiéramos exponer sus desvergonzadas mentiras y su conspiración. Muchos no-masones niegan este obvio complot y defienden a estos criminales. Así pues los "idiotas útiles" también son responsables de la situación en la que todos nos encontramos. Estos individuos incompetentes perciben las sombras distorsionadas como el mundo real, como los presos de la cueva de "La República" de Platón.
Cualquiera que ante todos los hechos disponibles se niegue a ver a la francmasonería como una organización conspiradora, demuestra una total indiferencia ante la historia criminal del movimiento y ante el mundo. Cuando nuestros llamados expertos hacen declaraciones erróneas sobre temas importantes, hay dos alternativas: o están mintiendo o simplemente son ignorantes. Ambas alternativas son igualmente aterradoras. Sólo ellos y sus secuaces, los comunistas y los socialistas de diversa índole, han luchado contra el budismo (por ejemplo en la Unión Soviética, Mongolia y el Tíbet). En general, las personas espiritualmente desarrolladas nunca han puesto ninguna objeción en contra de esta filosofía de la bondad. La francmasonería es lo contrario de la espiritualidad.
Paso a paso, los masones han bajado nuestros valores morales. Tienen una apariencia angelical, a pesar de sus esfuerzos para ocultar sus pezuñas.
Los malvados actos de los masones son permitidos por las leyes del karma. Si no hubiéramos merecido los crímenes de estos "nobles" señores, nunca los habríamos sufrido, según los filósofos budistas.
El karma es una ley natural, que regula todos los actos. Esto asegura que las energías liberadas por ciertas acciones, tarde o temprano retornen a sus orígenes. Cuanto mayor es la acción, más tiempo tarda en producirse la respuesta. La única excepción es cuando una persona comienza a reparar sus malas acciones.
Allí donde los masones hacen sonar sus tambores, los reinos son arruinados y corre la sangre. Mediante la difusión de la desesperación, los masones satisfacen sus enfermizas fantasías de fundar una república mundial sin raíces nacionalistas. Cuando los diferentes grupos masónicos luchan entre sí, la Humanidad sufre. Los psicópatas masónicos ya no matan gente en aquellas cantidades como lo hicieron una vez, pero en cambio han intentado convertirnos en zombies útiles, robots biológicos demasiado enfermos como para ocuparnos de cualquier otra cosa que no sean nuestros propios problemas, incapaces de preocuparnos por las cuestiones más amplias de la sociedad. En general, los masones han tenido éxito. La mayoría de la gente todavía no se ha dado cuenta de que la francmasonería es una cosa del pasado. No han entendido que si se actúa sin el apoyo del público, el fracaso es seguro, y donde haya implicado un gran poder, los errores serán desastrosos.
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