sábado, 2 de agosto de 2014

Usura: ¿La Raíz de Todos los Males? por Peter Russell

El amor al dinero es la raíz de todos los males.. Timoteo 6:10.



¿Por qué la gente valora tanto el dinero? No hay, después de todo, nada muy atractivo en unos mugrientos pedazos de papel, unos sucios discos metálicos, o unos archivos digitales en una base de datos. El dinero nos da la capacidad de obtener las cosas o situaciones que deseamos. Con el dinero podemos comprar seguridad, poder, reconocimiento, estímulo, o cualquier cosa que pensemos que necesitamos a fin de encontrar la realización.


Pero el dinero también tiene un efecto más pernicioso sobre la sociedad. No hace falta una gran mente para ver que la conveniencia financiera está detrás de la mayor parte de nuestra inhumanidad de unos a otros y de nuestro insensible tratamiento de otras criaturas. Algunos pensadores más radicales han sostenido que el dinero debería ser eliminado, y con ello las nociones de posesión y propiedad. Es ciertamente verdadero que algunas culturas menos materiales no tienen ninguna noción de propiedad, posesión o dinero, y han sobrevivido muy bien, y en una mayor armonía con el resto de la vida. Pero en las sociedades más desarrolladas es esencial algún medio de intercambio simbólico: no siempre podemos querer recibir pollos a cambio de nuestros paneles solares.


Además, la eliminación del dinero sólo eliminaría el síntoma del problema. No es el "dinero" el que es la raíz de todos los males (como es a veces erróneamente citado) sino el "amor al dinero". 

Usura


Nuestro amor al dinero no sólo hace que nosotros tomemos decisiones que no están en nuestros propios mejores intereses, sino que también conduce a la usura, el cobro de interés por un préstamo.


No hay nada malo en eso, uno podría pensar (en particular si usted es el prestamista), ya que todo el mundo lo hace. ¿Por qué deberían los otros no pagar por el uso del dinero de alguien? Por lo menos deberíamos recibir un retorno suficiente en nuestras inversiones para mantenernos al día con la inflación; y si podemos conseguir un poco más, ¿por qué no?.


Pero resulta que el préstamo de dinero con interés es una de las causas principales de la inflación, en primer lugar. Y, como veremos, la usura alimenta a muchas de las otras crisis de la Humanidad.


Declarada Fuera de la Ley


Es sólo en tiempos relativamente recientes que la usura se ha convertido en una práctica ampliamente aceptada. Aunque no tan ampliamente aceptada. Está prohibida por el Corán, y hoy hay todavía muchos países islámicos en los cuales a los bancos no se les permite cobrar interés.


Fue también originalmente proscrita en el judaísmo, y todavía lo es en algunos sectores. El libro del Antiguo Testamento llamado Levitico declara que"No le darás dinero con usura, ni exigirás de él la sobreproducción de las frutas". Y en el libro de Ezequiel se aconseja que el hombre justo "no preste con usura". Pero, como sucede con la mayoría de las tradiciones religiosas, las enseñanzas gradualmente se diluyen, se distorsionan o son ignoradas. En la época de Jesús el hacer dinero mediante el préstamo y el cambio de dinero se había convertido en una práctica tan aceptable que fue incluso permitida dentro de las afueras de los templos. Los seguidores de la Ley, "los buenos y los justos", condonaban la raíz de todos los males. Y por eso Jesús expulsó a los cambistas de dinero.  Las culturas de la Grecia y la Roma antiguas denunciaron igualmente la usura. Aristóteles la llamó el más antinatural e injusto de todos los comercios. El dinero, decía él, debía ser usado para el intercambio, no para la producción de dinero a partir del dinero. Platón la condenó a causa de que ponía a una clase contra la otra, y era por lo tanto destructiva para el Estado. En Roma Cicerón, Catón y Séneca hicieron censuras similares.


La usura fue proscrita por el Derecho Canónico de la Iglesia de Roma, pero la gente siguió practicándola mediante varios medios. Uno era afirmar que era poco práctico prestar dinero completamente gratis. Había, después de todo, varios pequeños costos implicados: el tiempo y el papeleo, y a veces el envío; y algunos prestatarios dejaban de reembolsar sus préstamos. ¿Por qué debería el prestamista perder dinero?. Entonces la Iglesia permitió a los prestamistas que cobraran un interisse, la palabra latina para "pérdida", para cubrir dichos costos. Pronto ese "cargo por pérdida" se convirtió en un porcentaje fijo, y cuando la avaricia asomó su fea cabeza, el porcentaje creció, convirtiendo la pérdida en una ganancia. La usura estuvo de vuelta, pero bajo un nuevo nombre: el interés.


La Reforma vio la plena legitimación de la usura. Calvino, uno de los padres de la Reforma, despreció las referencias bíblicas a los males que habían en hacer dinero a partir del dinero, sosteniendo que ellos eran irrelevantes en los tiempos modernos, y que el cobro de interés era tan razonable como el cobro del arriendo por la tierra (aunque los indios norteamericanos y otras culturas pudieran desear sustituír la frase "tan razonable" por "tan irrazonable"). Y cuando Enrique VIII rompió con Roma para establecer la "Iglesia de Inglaterra", él no sólo legitimó el divorcio sino que también dio el sello de aprobación oficial a la usura.


El debate sobre las ventajas y los males de cobrar interés siguió durante los siglos XVII y XVIII, pero al final la tentación del dinero fácil terminó triunfando. Hoy esto es difícilmente cuestionado, excepto quizá por la persona cuya vida es convertida en una miseria por los pagos de interés que él no puede mantener, pero ciertamente no por los gobiernos y bancos que hacen muchísimo dinero de ello, ni por toda la gente que presta en depósito su dinero a estos prestamistas. Haciendo Dinero



El impacto de la usura en nuestro mundo es mucho más profundo que simplemente hacer más rico al rico y más pobre al pobre, con todas las tensiones sociales que ello engendra. Ella exacerba algunos de los problemas más críticos de nuestro tiempo.


En esencia, la usura es querer algo por nada. Prestar dinero no implica ningún aporte de trabajo humano, aparte quizás de firmar de un acuerdo e ingresar algunos datos en un computador. Tampoco el acto del préstamo produce en sí mismo algo. El prestatario bien puede usar el dinero para hacer algo útil, pero el prestamista no ha hecho nada. Y sin embargo éste aún así espera recibir algo a cambio.


¿Pero de dónde viene ese algo extra? La mayoría de los prestamistas están tan preocupados por sus propias ganancias que ellos no consideran esta pregunta, o prefieren mirar para otro lado. Pero es la fuente última de este dinero adicional lo que hace que la usura sea una práctica tan indeseable.


Déjeme explicarlo un poco más. La mayor parte del dinero en circulación consiste no en notas y monedas sino en crédito, el dinero que los bancos han prestado a individuos y corporaciones, y que "circula" cuando es transferido de una cuenta bancaria a otra. Los bancos, por supuesto, exigen su interés de todo este dinero que ha sido prestado, y a fin de que este interés pueda ser pagado, debe aumentar la cantidad de dinero en circulación. Este dinero suplementario no crece de los árboles, ni, excepto en el caso del oro, puede ser sacado de la tierra. Son los bancos los que suministran el dinero adicional, y ellos hacen esto haciendo más préstamos.


Estos préstamos adicionales son, por supuesto, hechos a interés, con la consecuencia de que el suministro de dinero debe ser aumentado todavía más para darles cabida. Y así sucesivamente...


La Deuda a través del Mundo


Estamos tratando de aplicar una similar aceleración del crecimiento a la economía global. Durante un tiempo los efectos serían absorbidos por el tamaño creciente de la población y por la industrialización en aumento. Pero ahora que el crecimiento demográfico y la industrialización están alcanzando sus límites, el medioambiente está comenzando a pagar el costo.


Mientras tanto los bancos, siempre en busca de nuevos prestatarios, seducen a los países menos desarrollados para que soliciten préstamos enormes:


«Ustedes no tienen que seguir siendo campesinos: con nuestro dinero ustedes pueden desarrollar cultivos comerciales, comerciar con otros países, establecer nuevas industrias, manufacturar cosas que ustedes necesitan, crea nueva riqueza. ¿Por qué no se convierten en una "nación en desarrollo" y disfrutan de las ventajas y comodidades del crecimiento económico? Luego ustedes podrán vivir como nosotros y comprar muchas cosas agradables que nosotros producimos (que ustedes realmente no necesitan, pero que tenemos que vender)».


«Como cualquier otro, ustedes por supuesto tendrán que pagar intereses por este préstamo (pero en nuestro dinero, por favor, no en la cosa sin valor que ustedes imprimen). Si al principio ustedes no pueden lograr pagarnos la deuda, no se preocupen, les prestaremos más para sacarlos del apuro. Y si, puesto que los intereses se acumulan, ustedes todavía no pueden pagar, les echaremos una mano comprando algunos de aquellos estupendos recursos que ustedes tienen, pero a un precio de liquidación».

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