viernes, 23 de mayo de 2014

El Mito del Supremacismo Blanco

No somos "supremacistas", no tenemos ningún deseo de gobernar sobre las otras razas de este planeta, deseamos la auto-determinación y deseamos asegurar nuestra existencia y una patria para los niños Blancos. A través de toda la existencia del movimiento pro-Blanco han existido aquellos que han etiquetado a individuos de ascendencia europea que desean conservar su cultura y herencia como "supremacistas Blancos". Me gustaría no sólo protegerme a mí y a mis camaradas de la persecución bajo esta etiqueta orwelliana, sino también señalar que no soy consciente de ningún "supremacismo Blanco" organizado en ninguna parte.



Miremos primero la palabra en sí misma. El diccionario Merriam-Webster define a un "supremacista" como una persona que cree que un grupo de gente es mejor que todos los otros grupos y que aquél debería tener el control de ellos.


De este modo, hay dos criterios que hay que cumplir a fin de ajustarse a la definición de un "supremacista": hay que creer que un grupo es mejor que todos los otros grupos, y también se debe creer que este grupo debería controlar a todos los otros grupos.

La primera parte, creer que un grupo —que sería presumiblemente el propio grupo racial / étnico / cultural de alguien, a menos que hablemos de sionistas cristianos— es mejor que todos los otros, es difícilmente una amenaza para alguien, y, yo argumentaría, es un sentimiento perfectamente natural y saludable para que cualquier grupo lo tenga.


Como he mencionado antes, he pasado una buena parte de mis años entre los veinte y los treinta entre pueblos "primitivos" del Tercer Mundo, y a menudo uso esas experiencias como un estándar general por medio del cual evalúo la psicología humana básica. Una cosa que es evidentemente clara cuando se visitan múltiples pueblos tribales que viven en la misma región general es que cada grupo se considera mejor que todos los grupos circundantes, y ellos no tienen ningún problema para expresar esta opinión a sus visitantes. Cada uno de ellos cree que sus propias artes, alimentos, familias y creencias religiosas particulares son superiores a los de sus vecinos. Ellos también afirmarán, muy universalmente, que ellos son más amistosos, mejores en la caza, en el baile y todo lo demás, y que sus mujeres son las más hermosas.


Esto no es algo que únicamente tenga que ver con criterios raciales o étnicos, muy por el contrario. Vemos esto a través de todos los estratos de la sociedad civil. ¿Cuál sería el propósito de alentar al equipo deportivo local de alguien, si uno pensara que da exactamente igual si fuera un equipo deportivo de la ciudad?. ¿Cuál sería el propósito de ser miembro de una religión, si uno pensara que todas las religiones son iguales?. ¿Cuál sería el propósito de involucrarse en política, si uno pensara que todas las posiciones son lo mismo?. Si esto no es así, ¿cuál sería el propósito de asignar gran importancia y defender la raza y la cultura de alguien, si uno no creyera que ellas son especiales y que tienen alguna característica que ninguna otra puede igualar?.

El concepto judío del igualitarismo, como otras ideologías que la raza judía ha impulsado sobre nuestra gente, es un poco más que una patraña, que está en oposición directa al orden fundamental de la Naturaleza. La tendencia de un grupo único a celebrar su singularidad comparando sus características y costumbres con las de otros grupos es un instinto humano básico, y si todas las cosas son iguales, esto no daña exactamente a nadie, y al hacer aquello los diversos grupos pueden proteger con eficacia sus propios intereses, así como suministrar un entendimiento mutuo que puede servir como un marco para las relaciones intergrupales.


No me incomoda en lo más mínimo que otras razas piensen sobre su propia gente como yo lo hago sobre la mía. Tal como es natural para un Blanco ver su propia herencia genética y su cultura como superiores a las de los Negros y asiáticos, es natural para los Negros y los asiáticos considerar sus propias razas y culturas respectivas como superiores a las de los Blancos. Me sentiría mucho más cómodo tratando de trabajar con un orgulloso nacionalista Negro —o un "supremacista negro", según la terminología judía [Jewspeak]— que con un llorón Tío Tom que desea asimilarse en la sociedad Blanca.


Como creo que hemos establecido que no hay nada fundamentalmente peligroso o amenazante en un grupo, racial o de otro tipo, que cree que es mejor que otros grupos, en el sentido de que se está a favor de él por sobre todos los otros, abordemos la segunda parte de la definición, que es que hay que sostener la creencia de que un grupo tiene un derecho a gobernar sobre todos los otros.

Este segundo concepto es algo totalmente diferente. Ciertamente yo, así como todos los otros en el movimiento nacionalista Blanco, en efecto favorezco a nuestra propia gente por sobre las otras razas, pero esto de ninguna manera se traduce en un deseo de gobernar, controlar, o de alguna manera forjar el destino de otros grupos raciales. En efecto, aunque es posible que ellos existan, nunca en mi vida he entrado en contacto con un Blanco que crea que los Blancos tienen un derecho a gobernar sobre cualquier otra gente. Los Nacionalistas Blancos son, por definición, separatistas, y por lo tanto no tienen ningún interés en siquiera entrar en contacto con algún número significativo de personas de otras razas, para no mencionar un interés por entrar en las sociedades de otra gente y tratar de controlarlas.


El único pueblo que activa y abiertamente está intentando controlar a pueblos de otras razas es el de los judíos, que controlan todas las sociedades de los Blancos de arriba abajo, y, desde el 11-S, han estado usando el poder militar de estas naciones Blancas para invadir y dominar a la gente musulmana. Ellos abiertamente controlan nuestros medios de comunicación, nuestro sistema financiero, nuestra industria y nuestro gobierno, y piensan que tienen derecho a hacer esto debido a su supuesta superioridad racial.

Odiar o No Odiar

Cuando se ataca al movimiento pro-Blanco también se habla mucho sobre el "odio", de manera que yo también debería dar algún breve comentario sobre ese punto.


En primer lugar, el "odio" es una emoción y no un comportamiento, y por lo tanto no es relevante en ninguna discusión política en absoluto. El argumento, por supuesto, es que ciertos patrones de comportamiento son "alimentados por el odio"; pero ésta es una suposición indemostrable, y si un comportamiento es resultado del odio interior o de alguna otra tendencia, ello no afecta el resultado del comportamiento, y entonces es lógico mirar el comportamiento en sí mismo más bien que la supuesta emoción que está detrás de ello.


Mi problema con los judíos no es que ellos odien a mi gente. Me importa poco qué tipo de emoción sientan ellos hacia mí o hacia mi raza. Mi problema con ellos es que ellos insisten en controlar mi sociedad, alterándola de maneras que son objetivamente perjudiciales para nuestra supervivencia como pueblo, que se alimentan de la sangre y el sudor de nuestros hermanos y hermanas. Si ellos estuvieran fuera de mi país, en alguna otra tierra, comentando su odio a mí y los míos, ¿por qué habría de preocuparme?. ¿Se supone que mis sentimientos son heridos debido a una emoción que un grupo de gente tiene hacia mí?. Las emociones de los judíos no son de mi interés. Estoy preocupado sólo por su comportamiento.


Estos judíos, habiendo usado su control sobre la industria cultural y el mundo académico para destruír nuestra tradicional fe cristiana, la han reemplazado por una religión secular, que es completa, con pecados capitales incluídos. La lujuria, la glotonería y la avaricia son celebradas ahora, pero como es nuestra naturaleza desear reglas de acuerdo a las cuales vivir, ellos nos han dicho que debemos evitar con el mayor cuidado cualquier forma de odio dirigido contra lo que es percibido como un grupo protegido. De esta forma, mientras es estimulado el odio hacia el cristianismo y otros aspectos de la sociedad Blanca tradicional —ahora casi un requisito en el mundo marxista de la Academia—, el odio hacia grupos raciales "minoritarios" o hacia desviados sexuales está considerado como la más vil de las inmoralidades. Ellos explotan la naturaleza gentil y amable de la raza Blanca diciéndonos que debemos ser "tolerantes", no sea que vayamos a herir los sentimientos de alguien. Ah, y por supuesto, el odio es el primer paso hacia un nuevo "Holocausto", y no podemos tener eso, ¿verdad?.

Ésta es una Guerra

El asunto aquí es que, si debemos tener en consideración el odio, al margen de cualquier discusión política, podríamos encontrar que no hay nada irrazonable, y ciertamente nada antinatural, en odiar a un pueblo que está tratando de controlar y gobernar sobre usted. Uno podría decir incluso que el odio a los enemigos de uno es una necesidad, por cuanto éste asegura que un hombre tiene la fuerza necesaria para hacer lo que debe ser hecho en el trato con ellos. Dios programó nuestras psiquis con la capacidad de sentir esta emoción por alguna razón.


Los judíos son el eterno enemigo racial de mi pueblo, y yo los odio absolutamente. Para esto no pediré ninguna disculpa. En menor grado, odio a todos los hombres no-Blancos que están en mi país, por cuanto ellos son una amenaza para la existencia continuada de mi gente, y para esto también rechazo pedir una disculpa.


El Nacionalismo Blanco es una respuesta a las amenazas que nuestra gente enfrenta. Si no fuera por el judío y sus políticas internacionales, seríamos una nación Blanca sin una necesidad de identificarnos expresamente como tal. Éste es el orden natural, y es como ha sido siempre. Pero estamos en guerra. El Nacionalismo Blanco es un sistema organizativo, un mecanismo de defensa que hemos activado contra una organizada amenaza contra nuestra supervivencia, y de ese modo la única gente para la que somos una amenaza es aquella que es una amenaza para nosotros.


No somos "supremacistas", no tenemos ningún deseo de gobernar sobre las otras razas de este planeta. Deseamos la auto-determinación y deseamos asegurar nuestra existencia y una patria para los niños Blancos.


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