viernes, 2 de mayo de 2014

La hermana de Hitler habla claro



La siguiente es una declaración firmada formulada por la hermana de Paula Hitler el 1 de mayo de 1957, reafirmando la convicción expresada doce años antes, tras la muerte de su querido hermano. En él se aborda una generación de la posguerra de los políticos alemanes y los críticos del Führer, como ella compara su grandeza con su insignificancia despreciable e indignidad. Sus observaciones acerca de los bajos fondos políticos son aún más cierto y relevante hoy en día.
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Señores! Recuerde esto: Sus nombres serán siempre en el olvido incluso antes de que sus cuerpos se han podrido en la Tierra. Pero el nombre ADOLF HITLER seguirá siendo una luz en la oscuridad.

No se le puede matar por ahogamiento su memoria en su vómito-cubos, y no se le puede estrangular con los dedos sucios y manchados de tinta. Su nombre existe siempre en cientos de miles de almas. Usted es enteramente demasiado insignificante como para siquiera tocarlo.

Amaba a Alemania; vivió en Alemania. Cuando él luchó por el honor y el respeto, que luchó por el honor alemán, por el respeto a Alemania; y cuando ya no quedaba nada, él dio su vida por Alemania.

¿Qué has dado hasta ahora? ¿Quién de ustedes daría su vida por Alemania? Las únicas cosas que te importan son las riquezas, el poder y sin fin de vida lujoso. Cuando usted piensa en Alemania, se piensa en complacer sus sentidos y sin responsabilidad, sin preocupaciones.

Confía en mí en esto: El Führer absoluto desinterés en palabra y obra por sí solo garantiza su inmortalidad. El hecho de que la lucha amarga por la grandeza de Alemania no se vio coronada por el éxito, como, por ejemplo, de Cromwell en Inglaterra, tiene mucho que ver con la mentalidad de las personas involucradas. Por un lado, el carácter de los ingleses es esencialmente injusta, gobernado por los celos, la auto-importancia, y una falta de consideración. Pero nunca olvida que es un inglés, fiel a su pueblo ya su corona. Por otra parte, el alemán, con su necesidad de reconocimiento, nunca es, ante todo, un alemán.
Por lo tanto, no importa a usted, usted insignificantes criaturas, si destruyes toda la nación. El único pensamiento que le guía será siempre: ¡Yo primero, yo segundo, yo tercero. En su falta de valor nunca se piensa en el bienestar de la nación. Y con una filosofía tan lamentable, desea evitar que la inmortalidad de un gigante? Lo que escribí inmediatamente después de la guerra ha demostrado ser correcta. Que mis convicciones son verdaderas es evidente, incluso en fecha tan tardía como 1957.

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