martes, 29 de abril de 2014

Cuando las "victimas" gobiernan


Algunos ejemplos de guerra cultural con judíos como protagonistas.
-Todo el mundo es responsable del Holocuento, y por eso debe defender a Israel, según el criminal de Netanyahu. 
-Obispo catolico polaco dice que los judíos se apropian del Holocuento, excluyendo a polacos y palestinos de la condición de víctimas.

Un obispo católico de alto rango en Polonia dice que los judíos se han apropiado de la tragedia del Holocausto y lo explotan como arma de propaganda para obtener ventajas injustificadas.
Los comentarios del obispo Tadeusz Pieronek se produjeron durante una entrevista con el sitio web Pontifex.Roma, y se publicaron sólo unas horas antes de que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu llegara a Polonia para participar en las conmemoraciones del 65 aniversario de la liberación del  parque  tematico de Auschwitz.

Mons. Tadeusz Pieronek                                            Todo cambió con la guerra árabe-israelí de 1967. En prácticamente todos los aspectos fue sólo después de este conflicto que el holocuento se convirtió en un deporte de la vida judia. La explicación convencional de esta transformación es que el extremo aislamiento y la vulnerabilidad de Israel durante la guerra de Junio revivió la memoria del supuesto exterminio nazi. De hecho, este análisis distorsiona tanto las relaciones de poder en el Oriente Medio, existentes por aquella época, como la naturaleza de la relación que se estaba estableciendo entre las élites judías.
Así como las principales organizaciones judías minimizaron el holocuento en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial para actuar conforme a las prioridades del gobierno norteamericano en la Guerra Fría, del mismo modo sus actitudes para con Israel siguieron el paso de la política norteamericana. Sus mayores temores eran que la actitud frente a Israel otorgara credibilidad a la acusación de doble lealtad. Estos temores se intensificaron a medida que avanzó la Guerra Fría. Ya antes de la fundación del Estado de Israel, los dirigentes judíos manifestaron su preocupación por el hecho de que los dirigentes israelies, que eran de izquierda y provenían mayormente de Europa Oriental, pudiesen unirse al bloque comunista. Si bien terminaron abrazando la campaña impulsada por los sionistas en pro de un Estado judío, las organizaciones judías norteamericanas monitorearon atentamente y se ajustaron a las señales de Washington. En realidad, apoyó la fundación del Estado terrorista de Israel principalmente por el temor a que se produjese un revés local en contra de los judíos si no se conseguía asentar rápidamente a las personas desplazadas de origen judío en Europa. Si bien Israel se alineó con Occidente poco después de la formación del Estado, muchos israelíes, tanto en el gobierno como fuera de él, mantuvieron un fuerte afecto por la Unión Soviética. Como era predecible, los dirigentes judíos mantuvieron a Israel a prudente distancia.

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