miércoles, 30 de abril de 2014
La teoria del Marxismo cultural.
Marco Tulio Cicerón dijo...una nación puede sobrevivir a sus propios imbéciles e incluso a los ambiciosos, pero no puede sobrevivir a la traición interna, un enemigo a las puertas es conocido y enarbola sus estandartes abiertamente, pero el traidor, se mueve libremente entre los que guardan esas puertas, su maquinación se expande como el viento hasta los salones del gobierno, el traidor no se muestra como un traidor, habla con el acento que les es familiar a sus víctimas, y se muestra con sus mismas caras y argumentos, pudre el alma de la nación, trabaja secretamente para debilitar sus pilares, un asesino es menos de temer, el traidor es la plaga.
El concepto de Marxismo cultural es a menudo criticado por izquierdistas y radicales, alegando que es una especie de teoría de la conspiración, pero eso no es más que una exageración por su parte, nadie está sugiriendo que haya una cábala de mentes maestras izquierdistas alrededor de una mesa dirigiendo campaña de manera conspirativa, realmente, es más un movimiento cooperativo que usa métodos, y enseña teorías, que son claramente de naturaleza marxista, los filósofos de la izquierda radical, comenzaron a examinar diferentes criterios que pudieran ser usados para crear el tipo de desorganización social y ruptura, varias teorías y corrientes intelectuales izquierdistas fueron desarrolladas en una dialéctica poderosa y visceral de pensamiento:
todo aquello que no fuera heterosexual, blanco y masculino, contra todo aquello que fuera heterosexual, blanco y masculino.
En esencia, lo que ha pasado en Occidente en las pasadas décadas, es el resultado de la comprensión por parte de la izquierda radical entre comienzo y mitad del siglo XX, de que la campaña para radicalizar al proletariado y movilizarlo contra la burguesía no iba a tener éxito a gran escala en Occidente, la comprensión de ésto les llevó a una nueva estrategia, una dialéctica marxista a nivel económico, de oposición entre poletarios y burgueses, se retuvo en forma de partidos socialistas o socialdemócratas en muchos países occidentales, usando la legislación, en lugar de la acción revolucionaria, como medio de hacer avanzar su plan, mientras, la izquierda radical miraba a otras categorías para crear una nueva dialéctica revolucionaria que pudiera impactar en la sociedad de un modo más amplio, y más fundamentalmente revolucionario, la teória comunista fue fundamental en conducir la idea de que un cierto conjunto de estructuras y conceptos culturales establecidos, sustentaban el sistema capitalista, y debían ser socavadas o directamente suprimidas para que la revolución finalmente triunfe en cambiar el orden establecido. Básicamente, era necesario volver a escribir la historia viéndola desde la perspectiva de que casi todo el mundo ha sido cruelmente oprimido por hombres blancos heterosexuales durante toda la historia, y reducir nuestra comprensión de las estructuras de la sociedad, tanto pasadas como actuales, a una visión que observa toda la narrativa como una prolongada campaña de malevolos hombres blancos violando y dominando a todos los demás.
La visión revisionista proporcionó una rígida, reduccionista narrativa que podría servir como un léxico para explicar todo en el pasado y el presente, tal y como los marxistas económicos habían tratado de hacer con la clásica dialéctica económica marxista en el siglo XX. El atractivo de una narrativa que presenta a todo el mundo aparte del hombre blanco heterosexual como víctimas pasadas y presentes, es bastante obvio: libera a los de las clases preferidas de asumir la responsabilidad de sus propios problemas, y en su lugar, les permite culpar a los hombres blancos heterosexuales por todo lo que encuentran mal en sus vidas y en el resto del mundo. Y esto es precisamente lo que se ha hecho, y se sigue haciendo, por un número desproporcionado de personas en las clases preferidas, es decir, mujeres, minorías y maricones.
Aunque algunos activistas de las minorías creyeran promover otra corriente ideológica y rechazaran abiertamente las ideas marxistas, la mayoría en el fondo no lo hacía, dado que no obstante bebían de la interpretación marxista de la historia, que no es otra cosa que la dominación por el hombre blanco heterosexual en detrimento de mujeres, minorías étnicas y maricones, en otras palabras, incluso aquellos activistas que no admiten ser marxistas, e incluso los que sinceramente niegan creer en ideas marxistas, sin embargo, se inspiraron en la historia revisionista que era, en sí, completamente marxista en contenido. Nosotros somos los dueños de nuestro propio destino, si nos permitimos ser lo que somos: hombres, y podemos ir por sorprendentes direcciones si simplemente tenemos la voluntad de hacerlo.
Un requisito para ello, es la comprensión de este aparato marxista cultural que ha sido creado para jodernos, el siguiente paso es elevar nuestro dedo del medio a sus cómplices necesarios los y alejarnos de ellos.
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